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Damasco, 1 dic (SANA) Las artesanías y profesiones antiguas sirias siempre eran motivo de orgullo de nuestra cultura y civilización, entre ellos la industria artesanal del laúd damasceno, el más melódico y duradero de los laúdes árabes.
Las melodías orientales puras de este instrumento tradicional conquistaron los corazones de todos los amantes de la música, incluso fue inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad.
Al recorrer las calles de la ciudad vieja de Damasco, se observan tiendas y talleres de esta artesanía que atrae a los transeúntes.
La guerra terrorista que golpea a Siria desde hace más de una década destrozó un gran parte de la industria artesanal del país entre ellos la creación del laúd, que se ha visto especialmente afectado debido al éxodo de los lutieres, pero hoy en día, los artesanos sirios empiezan a recuperar estas profesiones que reflejan la identidad cultural de su país gracias a los esfuerzos gubernamentales.
Un artista o visitante árabe siempre regresa de Siria con un laúd, que se convierte en un regalo valioso que refleja la cultura y el arte árabe.
Entre los laudistas sirios que se hicieron famosos en el mundo árabe fue “Omar al-Naqshbandi”, nacido en Hama en 1910, y conocido por su destreza y profesionalismo al tocar.
Sus composiciones más famosas son “El baile de mi abuela” cuyas sencillas melodías fueron inspiradas de las antiguas veladas damascenas para mujeres, que él mismo experimentó desde niño.
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