Las distorsiones informativas sobre ataques químicos en Siria

Damasco, SANA

El Equipo de Investigación e Identificación de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) insiste hoy en acusar a Siria del uso de sustancias químicas hace tres años en una zona de la provincia de Hama.

En el más reciente informe al respecto, dicho equipo menciona probabilidades para creer de tres ataques químicos, con sarín y cloro entre los días 24, 25 y 30 de marzo del 2017 en la localidad de Latamenah, en la mencionada provincia siria, pero sin presentar prueba alguna.

‘¿Qué estaban haciendo allí en la OPAQ si hablan de que después de unos años ustedes tienen motivos razonables para creer?. Si afirman algo, tienen que presentar pruebas,’ afirmó la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova y añadió ‘es simplemente loco ver esto.’

Tales opiniones están avaladas además, de manera insistente en todos estos años, por Siria y fuentes militares rusas.

Razonamientos avalados por los confusos reportes de la organización señalada, parcial por lo demás, porque basa los testimonios nada menos que en elementos de los Cascos Blancos, una presunta entidad humanitaria al servicio del grupo terrorista Junta para la Salvación del Levante, otrora Frente Al Nusra.

La credibilidad del equipo, por lo demás, queda en entredicho cuando el propio director general de la OPAQ, Fernando Arias, no define opiniones y se limita a señalar que ‘no es un órgano judicial con autoridad para asignar responsabilidad penal individual o hacer conclusiones finales…’.

De manera ambigua, dijo hace algunas horas, que ‘ahora le corresponde al Consejo Ejecutivo y la Conferencia de los Estados Parte de la Convención- sobre armas químicas- al Secretario General de Naciones Unidas y a la comunidad internacional en su conjunto tomar las medidas que consideren apropiadas.’

A esta continua y sesgada información, se une el hecho de que el llamado Mecanismo Conjunto OPAQ-ONU nunca ha identificado a los autores del uso de armas químicas en Siria, ni en la localidad mencionada ni en lo que presuntamente sucedió en el 2018 en la región de Duma, cercana a la capital siria.

Tanto Damasco como Moscú denunciaron de manera insistente que los supuestos ataques químicos para culpar al Ejército sirio e incluso a las fuerzas rusas, son preparados, filmados y ejecutados por los terroristas del ex Al-Nusra y sus socios afiliados, los Cascos Blancos.

Éstos últimos reciben asesoramiento de técnicos occidentales vinculados a las agencias de inteligencia que promueven la guerra impuesta a esta nación del Levante.

Sin evidencia alguna, Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) ‘auto justificaron’ el bombardeo en el 2018 a territorio sirio sobre esas controvertidas versiones, clarificadas en su momento por el director de la Fundación para la Investigación de Problemas de la Democracia, Maxim Grigoriev.

‘Nuestra organización, dijo en su momento, realizó una evaluación independiente del informe de la OPAQ, entrevistamos a 15 testigos en Duma y a 40 miembros de los Cascos Blancos que proporcionaron información de cómo fabricaban las escenas’.

Pero hubo aún más detalles: en Duma no se realizó autopsia a la víctima del presunto ataque químico, se ocultaron los nombres de los expertos citados y no pudieron identificar y ni siquiera hacer una estimación del número de muertos, además de que el estado de los cuerpos contradice las conclusiones de la OPAQ de que se utilizó cloro.

Ningún medio de comunicación occidental o de sus aliados en la región se hizo eco de estas denuncias y en CNN, Reuter, AP, BBC, Al Jazeera o en el Huffington Post se sigue abordando y satanizando al que ellos consideran el único culpable: el Gobierno sirio.

Fuente: Prensa latina

Por Pedro García Hernández

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