SANA en Español
Damasco, SANA
Hay un ‘gran elefante’ que el Consejo de Seguridad de la ONU se niega a ver: la ocupación ilegal de Estados Unidos en Siria y todo lo que genera hasta hoy.
Así alertaba el representante permanente de Siria ante Naciones Unidas, Bashar Al Jaafari, quien va mes tras mes a la sala del Consejo para hablar sobre su país y en, cada una de esas oportunidades, denuncia la visión parcializada que prevalece en ese organismo.
Su más reciente intervención fue la víspera en una sesión dedicada al tema humanitario, que suele generar gran polémica, sobre todo, cuando se trata de la nación levantina.
El Consejo de Seguridad de la ONU hace como que no ve la ocupación ilegal de fuerzas norteamericanas en Siria y el robo a mano armado del petróleo sirio por parte de Estados Unidos allí, expresó ayer Al Jaafari.
Hay Gobiernos, representados incluso en el Consejo, que alientan y patrocinan el extremismo violento y a los grupos separatistas de Siria, son los mismos que se niegan a llevarse a sus terroristas de mi país, recalcó.
Al Jaafari recordó que todos los Estados miembros de ONU deben respetar la soberanía, independencia e integridad territorial de Siria, como recogen unas 25 resoluciones.
El Consejo de Seguridad debería asumir sus responsabilidades ya y poner fin a la ocupación de fuerzas extranjeras en territorio sirio, así como a sus ataques y apoyo a grupos terroristas, insistió.
Las fuerzas ilegales también patrocinan a las milicias separatistas, saquean los recursos de Siria, y socavan los esfuerzos de Damasco en su lucha contra el terrorismo, destacó el diplomático.
Por su parte, el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy denunció que Estados Unidos aparece en Siria para saquear el petróleo de ese país.
Ese es el verdadero interés de su presencia ilegal en el territorio levantino, apuntó.
Ahora urge liberar a Siria de esa ocupación ilegal, como ocurre en Idleb, donde se desarrolla, además, un peligroso experimento para cambiar la demografía del lugar, advirtió.
Según informó recientemente el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, proyectan que menos de mil soldados norteamericanos quedarán en Siria.
Pero Milley y otros funcionarios estadounidenses se muestran reticentes a decir específicamente cuántas tropas estadounidenses permanecerán en la nación levantina. Tampoco han definido con claridad ‘la misión’ que tendrán.
Aunque el presidente Donald Trump ordenó la retirada de las fuerzas en Siria, reportes locales de prensa indican que hay más despliegue de esas tropas en el norte.
Sitios web como Al Masdar detallan que militares estadounidenses están acantonados en Jalal Goule, una base nueva a unos 40 kilómetros al noreste de la provincia siria de Hasaka y anunciaron planes para establecer otra al oriente de la vecina región de Deir Ezzor.
Otros analistas señalan que Washington dejó abiertos espacios en el ilegalmente ocupado territorio del norte de Siria para que se realizaran las operaciones militares turcas,
De esos temas poco se habla en el Consejo de Seguridad, organismo en el cual hay posturas divididas sobre Siria.
Representaciones como China y Rusia apoyan la lucha de Damasco contra el terrorismo y llaman a levantar las sanciones económicas contra Siria, con el fin de impulsar la reconstrucción del país y propiciar el regreso seguro de los refugiados.
En tanto, los países europeos ?que tienen una importante presencia en el Consejo? poco hablan de la amenaza terrorista que enfrenta Siria y, en su lugar, acusan a Damasco de emprender acciones contra la población civil.
Al Jaafari ha criticado en numerosas oportunidades que los reportes de ONU no suelen abordar cómo las naciones occidentales niegan a Siria el acceso a alimentos, medicamentos y otros productos de primera necesidad.
También denuncia la politización de los asuntos humanitarios cuando se trata de su país, y cómo se ignora la urgencia de luchar contra el terrorismo, que es la principal amenaza.
Por Ibis Frade Brito, periodistas de Prensa Latina
