“La producción de cloruro de vinilo en estados como Luisiana y Texas es un problema importante”, dijo Judith Enck, presidenta del grupo Beyond Plastics y exadministradora regional de la EPA.
Damasco, 10 abr (SANA) El descarrilamiento de un tren con productos tóxicos en East Palestine, hace dos meses, expuso a esa comunidad de Ohio a riesgos medioambientales que sufren hoy otras comunidades de Estados Unidos impactadas también por químicos peligrosos.
Inicialmente silenciado por medios de prensa, el accidente ocurrido el pasado 3 de febrero liberó a la atmósfera una serie de sustancias nocivas, incluida un carcinógeno conocido como cloruro de vinilo, que se utiliza para la fabricación de plástico.
Los residentes de la zona afectada fueron evacuados en su momento y muchos refirieron algunos síntomas de salud, aunque las autoridades aseguraron que no había problemas con la calidad del aire.
Sin embargo, la comunidad de East Palestine (Palestina Oriental) no es la única, porque según el Inventario de Emisiones Tóxicas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), más de 428 mil libras de cloruro de vinilo fueron liberadas al aire por 38 instalaciones industriales del país durante 2022.
De acuerdo con datos del diario The Hill, las plantas con las mayores emisiones están ubicadas en Texas, Kentucky, Luisiana y Nueva Jersey.
Pese a los posibles daños, las empresas de estas instalaciones aseguran que el químico es importante y enfatizan que cuentan con medidas de seguridad para proteger sus entornos locales.
“El monómero de cloruro de vinilo se usa para producir plástico de cloruro de polivinilo (PVC), que se emplea en una amplia variedad de productos, desde tubos médicos y medicamentos intravenosos hasta revestimiento de cableado eléctrico”, escribió un correo electrónico del portavoz de Westlake Corporation, Chip Swearngan, al periódico.
Mientras, Fred Neske, vocero de Formosa Plastics Corporation, consideró que las emisiones de su compañía “no son comparables con el descarrilamiento de Ohio”.
Pero otros aseguran que la exposición al cloruro de vinilo, relacionado con el cáncer de hígado, cerebro y pulmón, está creando problemas para los locales.
“Escuchamos mucho de los miembros de la comunidad acerca de los problemas respiratorios”, señaló Kimberly Terrell, científica investigadora, al hablar sobre su trabajo con las comunidades en Luisiana.
Luisiana, en particular, alberga un corredor industrial que apodado «Cancer Alley», ya que los habitantes del lugar están expuestos regularmente a una variedad de sustancias tóxicas.
Un estudio de 2012 encontró que los residentes del área con riesgo de desarrollar cáncer era aproximadamente un 51 por ciento más alto que el promedio nacional.
“Nos alegra que East Palestine esté recibiendo atención, pero también la necesitamos aquí en Luisiana”, expuso Shamell Lavigne, activista de la organización local de justicia ambiental Rise St. James.
En medio de estos reclamos, el administrador de la EPA, Michael Regan anunció una propuesta para reducir la cantidad de estos productos químicos -como el cloruro de vinilo, el óxido de etileno y el benceno- que las plantas pueden emitir.
No obstante, el Consejo Estadounidense de Química, expresó su preocupación por la regla y dijo que la EPA “podría estar acelerando su trabajo en paquetes de reglamentación significativos que abarcan múltiples categorías de fuentes y podrían sentar precedentes importantes”.
Mientras tanto, los ambientalistas aplaudieron la medida como un importante paso adelante, pero alegaron que se necesita más acción para abordar los problemas de la contaminación industrial.
“Debemos continuar exigiendo que se eliminen todas las exenciones ilegales de las reglas federales de calidad del aire para priorizar verdaderamente la salud y la seguridad de nuestras comunidades sobre las ganancias corporativas”, advirtió Pedro Cruz, director de la Campaña de Comunidades Saludables.
En tanto, el descarrilamiento en Ohio dio, además, munición a aquellos que quisieran ver eliminados por completo el cloruro de vinilo y los plásticos de PVC.
“La producción de cloruro de vinilo en estados como Luisiana y Texas es un problema importante”, dijo Judith Enck, presidenta del grupo Beyond Plastics y exadministradora regional de la EPA.
Ese producto es tóxico «en cada paso del camino, cuando lo produce, cuando lo transporta, cuando lo usa y cuando lo desecha”, alertó Enck, quien aboga por una prohibición del químico.
Fuente: Prensa Latina